Amor Light

Zygmunt Bauman plantea en su libro “Amor líquido” que el signo de estos tiempos es una moderna razón “líquida” que se resiste a pensar en compromisos duraderos. Para este sociólogo vivimos en una época marcada por lo provisorio, los lazos perdurables ya no ocupan un lugar preponderante y las relaciones afectivas tomaron el ritmo  de las políticas laborales flexibilizadas, sin garantías de permanencia.

Los cambios en los modos de relacionarse son tan vertiginosos que se generan desencuentros aún entre mujeres de generaciones intermedias, no sólo entre madres e hijas en lo referido a experiencias afectivas.
Así como el amor romántico idealizaba antes la emoción ya que era del discurso de los sentimientos elevados, del alma gemela, de esa otra mitad cítrica que tal vez veamos sigue circulando aún en novelas, sí es un hecho que el amor romántico está perdiendo espacio entre los más jóvenes, como un fenómeno general.
La nueva modalidad parece ser la del flirteo, la del amor en base a una relación Light.

Claro que esto no es ni mejor ni peor que en otras épocas sino que es diferente y lo que se ha instalado como diferente y problemático es el compromiso con los otros, el compromiso en los vínculos. Parecería ser hoy que las personas no se relacionan sino que se “conectan” se “admiten” y “desadmiten” casi como en la era de lo descartable los vínculos no tienden a perdurar sino que son “Light”, de poco tiempo y espacio, se consumen en lo inmediato para luego pasar rápidamente a otra cosa.

Ahora bien, bajo el ala de este marco actual nos llegan a consulta sujetos atemorizados cuando se descubren comprometiéndose con otros, sujetos que vienen porque no quieren “engancharse” no quieren “amar tanto”. Y es aquí en donde recuerdo al poeta diciendo: “el corazón tiene razones que la razón no comprende”.
Se tratará en un análisis de llevar a quien consulta a ir más allá de los cánones culturales que lo determinan para acercarlo a la verdad de su deseo, a esa verdad que tiene que ver con lo que para él sí es válido más allá de su entorno y de la moda.
Justamente el analista es quien oferta a quien consulta la posibilidad de redescubrirse más allá de lo que otros digan para así luego independizarse de esos dichos que opacan su singular y esencial forma de ser.