El arte de amar

Según el poeta Ovidio en “El arte de amar”, allí dice: “cuando menos se espera surge un pretendiente, el azar prevalece en todo momento”. Me ha resultado interesante esta frase del poeta a partir de su concepto de azar, justamente porque va contra aquellas frases hechas que escuchamos decir a muchas personas en relación al encuentro de una pareja, por ejemplo:´yo  me voy a quedar solo/a de por vida`,´ya tuve mi última oportunidad`, ´ya perdí el tren`, entre otras tantas.

Estar advertidos de que existe el azar y que tal como lo dice Ovidio: “ten siempre echado el anzuelo, en el remolino donde menos te lo piensas, habrá un pez”. Es notable como el autor opone el pensamiento al azar; el azar, el encuentro sucede allí en donde menos se lo piensa, es decir, lo pensado no va a corresponderse con lo hallado en lo real.

Si revisamos las frases que he dado como ejemplo acerca de lo que dicen algunas personas en cuanto al amor veremos que se trata de lo pensado por ellos sobre el amor. Lo pensado sobre el amor no es el amor.
Dichas frases están teñidas de pensamientos fatalistas y poseen el rasgo de la pérdida, podríamos traducir esos pensamientos a un enunciado común así: ´en relación al amor todo está perdido para mí`.

Ahora bien, esos pensamientos desconocen la existencia del azar, o sea, de aquello que puede llegar a surgir inesperada e impensadamente. Para que se de lo imprevisto el ser humano ha de estar predispuesto  a ello, tal como lo dice el poeta en sus palabras, “ten siempre echado el anzuelo”, esto es, contar con la posibilidad de aquello que está por fuera de todo cálculo.
Las consultas más frecuentes en torno a esta temática vienen dadas por personas que intentan pensarlo todo a la hora de amar, es decir, intentan calcular lo que van a decir, lo que van a demostrar, piensan y piensan…
Pensar en donde no se debe ocasiona graves conflictos, es por ello que es escrito de Ovidio me ha parecido significativo ya que toma en cuenta lo no calculado en el arte amatorio.

Una línea de trabajo similar es la que plantea el psicoanálisis a la hora de tratar con el amor, el estar predispuesto al encuentro con otro no depende del pensar sino del deseo puesto en juego, entiéndase deseo como aquel móvil  que orienta una búsqueda singular.

Pensar en encontrar a otro no produce el encuentro, el estar predispuesto sin pensarlo genera, tal al decir de Ovidio, el arte de amar.